4 habilidades personales para manejar el estrés laboral

El estrés es una respuesta automática y natural de nuestro organismo que nos prepara para afrontar amenazas. Los cambios, incluso los positivos, son situaciones que pueden provocarla, ya que la adaptación supone un sobreesfuerzo.

En algún momento de nuestra vida laboral, todos hemos experimentado estrés: ya sea por un plazo corto para entregar una tarea, llevar un proyecto de gran calibre, ascender, o asumir nuevas responsabilidades. Pero cuando los detonantes se mantienen en el tiempo, el estrés puede cronificarse y comprometer el bienestar físico y emocional.

Habilidades para manejar el estrés laboral

Desarrollar ciertas habilidades personales puede marcar la diferencia para lidiar con el estrés. Algunas de las habilidades que se pueden trabajar para afrontar mejor las situaciones estresantes son:

Resiliencia Emocional

La capacidad de mantener la calma bajo presión, adaptarse a situaciones imprevistas y aprender de las experiencias negativas es esencial para enfrentarse a cualquier situación inesperada. 

Cultivar una mentalidad positiva, practicar la autocompasión y establecer límites saludables son pilares fundamentales para desarrollar resiliencia emocional. Por ejemplo, se pueden implementar sesiones regulares de reflexión y mindfulness en el lugar de trabajo que ayuden a los empleados a conectar con sus pensamientos y emociones, para poder afrontar mejor sus reacciones ante los desafíos y fortalecer su capacidad de recuperación. 

Gestión Efectiva del Tiempo

Una gestión efectiva del tiempo es esencial para evitar los cuellos de botella y que el flujo de trabajo sea ágil. Además, agilizará tus tareas y te ayudará a dejar de lado el desorden con tu trabajo. Si el problema que te impide gestionar de manera adecuada tu tiempo es la concentración y sientes que te distraes con facilidad, puedes recurrir a herramientas como la técnica Pomodoro.

Sin embargo, hay veces que una buena gestión del tiempo no siempre es la solución cuando estamos desbordados de trabajo. En estas ocasiones es importante saber priorizar, saber decir que no y establecer límites claros sobre cuánta carga de trabajo podemos abarcar, así como pedir ayuda a nuestros superiores o compañeros cuando no llegamos a todo.

Comunicación Asertiva

Otra de las habilidades que no pueden faltar para facilitar el manejo del estrés laboral, es la comunicación asertiva. Esta capacidad de comunicarse de manera positiva promueve relaciones laborales saludables y reduce conflictos innecesarios. La comunicación asertiva implica expresar tus pensamientos y sentimientos de manera clara y respetuosa, al tiempo que escuchas activamente las opiniones de los demás. Esta habilidad promueve un ambiente de trabajo colaborativo, donde las expectativas son claras y se evitan malentendidos. Al establecer una comunicación abierta y positiva, se fortalecen los vínculos laborales y se reducen las tensiones que pueden contribuir al estrés.

Autoconciencia y Autocuidado

Conocer tus propias limitaciones, reconocer las señales de agotamiento y practicar el autocuidado regularmente son cruciales para mantener un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal. La autoconciencia y el autocuidado son componentes fundamentales para manejar el estrés laboral de manera sostenible. Esto puede incluir actividades como el ejercicio regular, la meditación o simplemente tomarse un tiempo para desconectar. Al priorizar tu bienestar emocional y físico, estarás mejor equipado para afrontar los desafíos laborales con claridad mental y resiliencia.