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El test MBTI: claves para el desarrollo profesional y personal
16 de mayo de 2024
Ya lo dijo el escritor Alvin Toffler, “los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no puedan leer y escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender”. Es decir, la capacidad de adaptarse y desarrollarse. Y esto, de hecho, está más presente en nuestra vida de lo que pensamos. Sin ir más lejos, en el mundo laboral, existe un nombre para este concepto que es cada vez más común: el reskilling.
También denominado reaprendizaje o reciclaje laboral, el reskilling es el aprendizaje de nuevas competencias y habilidades para que una persona pueda cambiar de carrera o adaptarse a nuevas responsabilidades laborales distintas a las que está ejecutando en la actualidad.
El reskilling se ha convertido en un componente crucial para la supervivencia profesional en la economía moderna. Permite a los trabajadores permanecer relevantes en industrias que cambian rápidamente y abrir nuevas oportunidades de carrera que pueden no haber estado existido al inicio de su vida laboral. Como, por ejemplo, las tareas especializadas en inteligencia artificial.
En los últimos años, hemos sido testigos de una transformación sin precedentes en casi todos los sectores debido a los múltiples avances tecnológicos que se han dado, como la inteligencia artificial, la automatización y la robótica.
Estas tecnologías, además de crear nuevas oportunidades de empleo, han hecho que muchas habilidades tradicionales se vuelvan obsoletas. Según un informe del Foro Económico Mundial, para 2025, 85 millones de empleos podrían ser desplazados por la automatización y tecnología, mientras que podrían surgir 97 millones nuevos puestos de trabajo.
Este cambiante panorama laboral presenta tanto desafíos como oportunidades y es aquí donde entra en juego el reskilling.
Aunque a veces se confundan, estos tres términos son fundamentales en el contexto del desarrollo profesional y la gestión de talento en las organizaciones. Cada uno de ellos tiene un enfoque específico para el aprendizaje y la capacitación, orientados a diferentes objetivos y situaciones laborales.
Mientras que el objetivo principal del upskilling es aumentar las competencias de los profesionales para escalar en sus carreras, el reskilling prepara a los empleados en nuevas competencias para hacer un cambio radical en su trayectoria laboral.
Por otro lado, el cross-skilling se refiere al proceso de formar a los empleados en habilidades que no están directamente relacionadas con su función actual, pero que son valiosas para otras áreas de la empresa. De esta forma se promueve la flexibilidad y adaptabilidad de los empleados sin un cambio de carrera.
Este proceso de aprendizaje no tiene por qué ser una iniciativa corporativa. Teniendo en cuenta el cambiante panorama laboral, los trabajadores pueden anticiparse ante posibles cambios en la empresa y aprender o desarrollar habilidades que no tengan que ver con las funciones de su puesto de trabajo. Pero, ¿cómo podemos llevarlo a cabo?