Smart Cities: el futuro sostenible de las ciudades

Desde grandes ciudades como Nueva York y Shanghai hasta ciudades más pequeñas como Oslo y Heidelberg, todas compiten por el título de «ciudad inteligente», centrándose en cómo se puede utilizar la tecnología para mejorar el medioambiente y la calidad de vida de los residentes.

Según la ONU, las ciudades generan alrededor del 70% de las emisiones globales de carbono. Además, más de la mitad de la población mundial vive en áreas urbanas — y se espera que esta cifra aumente. Es por eso que las ciudades inteligentes ofrecen una solución para hacer frente a estos desafíos.

Una de las claves de las ciudades inteligentes es encontrar un equilibrio entre tecnología y sostenibilidad, algo que no siempre es fácil de lograr. En este artículo te contamos qué son, qué tecnologías utilizan, y algunos ejemplos y desafíos para que puedas comprender mejor qué implica el concepto de ciudad inteligente y cómo puede contribuir a un futuro más sostenible.

¿Qué es una ciudad inteligente?

Según el Plan Nacional de Ciudades Inteligentes de España, una Smart City o ciudad inteligente es “aquella que adopta tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para la gestión de la urbanización y sus recursos energéticos”. El objetivo de esta actividad es mejorar la eficiencia de la ciudad y la calidad de vida de sus ciudadanos, garantizando al mismo tiempo un desarrollo sostenible y respetuoso con el medioambiente.

Para que lo entiendas, la ciudad funciona como un sistema inteligente donde todo está conectado y automatizado para mejorar la vida de sus ciudadanos y de su entorno. Por ejemplo, en la ciudad de Chicago, existen sensores instalados en las farolas que detectan cuándo es necesario iluminar una calle en función del movimiento detectado de personas y vehículos. De esta manera, se asegura que las calles estén bien iluminadas cuando sea necesario y, a la vez, se ahorra energía.

Principales tecnologías que usan las Smart Cities

En sus inicios, las ciudades inteligentes eran más bien un experimento. A principios del nuevo milenio, algunas comenzaron a implementar sistemas de transporte público que utilizaban tecnología para optimizar los tiempos de espera y las rutas, pero rara vez se integraban con otros servicios como la gestión de residuos o la energía. Hoy, en pleno 2024, el panorama es completamente diferente.

 

Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC)

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) comprenden todas las tecnologías relacionadas con la gestión de información y comunicación, como la captura, almacenamiento, procesamiento y transferencia de datos. Funcionan como el sistema nervioso de una ciudad, donde la información es procesada y compartida con el fin de mejorar su eficiencia.

 

Internet de las Cosas (IoT)

El Internet de las Cosas conecta dispositivos cotidianos, como farolas, termostatos y vehículos, a Internet, permitiéndoles intercambiar datos. Esta tecnología facilita que las ciudades se adapten a las necesidades de sus habitantes y gestionen sus recursos de manera más eficiente.

 

Automatización

La automatización en las ciudades inteligentes implica el uso de tecnología para ejecutar tareas automáticamente, con mínima o ninguna intervención humana. Por ejemplo, los semáforos inteligentes ajustan los tiempos de espera según el flujo del tráfico.

 

Inteligencia Artificial (IA)

En las ciudades inteligentes, la IA se utiliza para analizar datos y hacer que los sistemas urbanos sean más eficientes. Por ejemplo, en San Francisco, la inteligencia artificial optimiza las rutas de recogida de basura para reducir las emisiones de carbono y ayudan a las fuerzas de seguridad a analizar datos de cámaras de vigilancia para prevenir delitos.

Casos de estudio y ejemplos globales

 

¿Cuáles son las ciudades más ‘smart’ del mundo? La realidad es que no hay un único factor a tener en cuenta. Hay diferentes parámetros por los que se valora más a una ciudad que a otra. Según Deloitte, en este tipo de ciudades existen distintos modelos no excluyentes sobre los que se puede desarrollar una ciudad inteligente: medioambiente, movilidad, gobernanza, economía, personas y vivienda. Claro está, la verdadera ciudad ‘smart’ junta cada una de estas categorías para ser lo más eficiente y ecológica posible.

Existen numerosos rankings de ciudades inteligentes. El IMD Smart City Index presenta su top 5:

Zurich, Suiza

Zurich prioriza el bienestar de sus ciudadanos y busca armonizar el desarrollo urbano con la protección de los ecosistemas locales. La ciudad invierte en infraestructura digital, como redes de fibra óptica, y cuenta con una población altamente capacitada en tecnología. Además, como Smart City líder, Zurich se enfoca en la gestión sostenible de residuos, la eficiencia energética y la seguridad digital, mientras mejora continuamente su sistema de salud y educación para garantizar la inclusión digital de todos sus habitantes.

Oslo, Noruega

Oslo se distingue por su colaboración entre el sector público y privado para impulsar proyectos que enriquezcan la vida de sus habitantes. Como capital de Noruega, es reconocida por su excelente educación, la eficaz gestión de residuos y su abundancia de espacios verdes. Además, como ciudad inteligente, se enfoca en políticas para reducir el consumo de energía y el tráfico, así como en el diseño ecológico y la arquitectura sostenible para promover el crecimiento tanto económico como social de la ciudad.

Canberra, Australia

Canberra, la capital de Australia, es conocida por sus planes de movilidad y sostenibilidad, así como por la abundancia de espacios verdes. En los últimos años, ha lanzado varios proyectos de ciudad inteligente, especialmente centrados en la movilidad — como la implementación de boletos inteligentes y planes para e-scooters. Además, se ha convertido en la primera ciudad australiana en incorporar autobuses eléctricos permanentes, lo que supone un avance hacia un sistema de transporte público más limpio. Canberra también está reforzando su ciberseguridad con la creación de varios centros especializados.

Copenhague, Dinamarca

Copenhague, la capital y ciudad más grande de Dinamarca, es un modelo a seguir en sostenibilidad urbana. La ciudad se ha enfocado en adaptar los espacios públicos, usar energías renovables y desarrollar un plan de movilidad sostenible. Un aspecto destacado es que el 62% de los habitantes usan bicicletas para ir al trabajo, lo que mejora la calidad del aire. Además, Copenhague ha invertido en energía eólica y solar para reducir las emisiones de CO2. También utilizan Big Data y monitorización para coordinar los esfuerzos entre los departamentos de urbanismo y energía, apuntando a reducir el consumo energético en un 25% y disminuir la huella hídrica de la ciudad.

Lausanne, Suiza

Lausanne se dedica a mejorar la calidad de vida de sus habitantes basándose en cuatro áreas clave: energía, movilidad, arquitectura y economía. La población, con una alta competencia digital y una fuerte cultura tecnológica, ha permitido que la ciudad recoja datos y patrones de comportamiento para crear soluciones efectivas para sus necesidades. Además, Lausanne es pionera en la construcción de ecovecindarios, que son conjuntos residenciales diseñados desde su inicio para cumplir con las normativas ambientales y energéticas más estrictas.

Las empresas y las Smart Cities

 

El concepto de Smart City está abriendo oportunidades para las pymes tecnológicas y los emprendedores. En Singapur, la iniciativa «Smart Nation» ha fomentado el desarrollo de empresas que se dedican a crear aplicaciones y servicios que mejoran el transporte y los servicios públicos mediante el uso de datos en tiempo real y análisis predictivos.

Cada vez más personas eligen estudiar o emprender en el sector de las Smart Cities. Según un informe de la firma de análisis de mercado Grand View Research, se proyecta que el mercado global de Smart Cities alcance un valor de 622.35 mil millones de dólares para 2030, con una tasa de crecimiento anual del 24.2% desde 2022 hasta 2030. Este crecimiento se ve impulsado por el aumento de las urbanizaciones y la necesidad de desarrollar ciudades más eficientes y sostenibles.

A medida que nos acercamos al 2050, las Smart Cities se hacen más necesarias. La OCDE ha advertido que, sin acciones decisivas, el crecimiento económico y demográfico podría tener efectos medioambientales y sociales graves. Sin embargo, estas ciudades inteligentes enfrentan retos importantes, especialmente en la seguridad y privacidad de los datos, por lo que se intenta buscar un entorno urbano digital sostenible, pero seguro.


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