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Supply Chain Management: Lidera la cadena de suministro
28 de noviembre de 2023
Consultar información se ha convertido en una acción sencilla, rápida y al alcance de cualquiera. Un usuario medio puede consultar desde su dispositivo cuál es la ruta más corta para llegar a su destino o comparar multitud de precios en distintos comercios. Todo esto ha sido gracias a la aparición del smartphone, lo cual no solo ha supuesto una acelerada obsolescencia de los medios tradicionales, sino que ha provocado un desarrollo exponencial del mundo social media y de aplicaciones tecnológicas. El resultado ha sido la obtención de un consumidor mucho más exigente con la calidad de consumo.
En el entorno digital, la creación de contenido de calidad y relevante en cada momento será clave para que un usuario nos elija. Existen herramientas para organizar contenido de una manera óptima, clara y segmentada. La técnica utiliza el concepto de embudo como analogía para la captación de clientes y su subsecuente experiencia con nuestra marca. El embudo y sus diferentes fases nos ayuda a definir el tipo de contenido que debemos ofrecerle según el estado de la relación negocio-consumidor. Esta técnica aplicable se denomina embudo o funnel de marketing.
El concepto de embudo se aplica en marketing de tal modo que en la parte más ancha se abarca un alto número de usuarios en etapa de awareness o toma de conciencia. Nuestro objetivo será captar su atención e interés para que continúen el recorrido, logrando activar las etapas de consideración y consumo de nuestro producto y, por tanto, su conversión a cliente.
El término funnel es un concepto de marketing creado por Elias St. Elmo Lewis en 1898 para explicar cómo cualquier persona puede ser educada por medio de la publicidad. Se trata del viaje que realiza un usuario desde el momento en que tiene su primer contacto con una marca, hasta la adquisición o consumo del producto.
El embudo está presente en todas las acciones del marketing, es el esqueleto básico sobre el que se cimentan. En la creación de contenidos, el funnel nos permite adaptar los contenidos para mejor resolver las necesidades e inquietudes del usuario en la etapa en la que se encuentra. A través de los canales digitales, se han generado más oportunidades de contacto con el cliente que a su vez nos permite obtener detallados datos sobre su comportamiento (con qué elementos interactúa en la web, dónde pasa más tiempo, etc.). Con todos los análisis y la información que extraemos, se organiza y optimiza el contenido para retener y convertir al cliente potencial.
Tener datos sobre el recorrido que hacen en nuestra web, si interactúan con la sección de contacto, si están suscrito a la newsletter o si reciben promociones en el correo electrónico, son acciones que nos ayudarán a establecer una estrategia mucho más acorde al contexto y segmentar según el tipo de cliente con el que tratemos. Existen cinco etapas a través de las cuales podemos explicar la percepción de nuestra empresa por parte del usuario:
Llegados a este punto y teniendo claras las fases que atraviesa un cliente, se debe hacer hincapié en entender el embudo como una herramienta que describe los distintos pasos que debemos dar como empresa para lograr que el consumidor fije su mirada en nosotros. En definitiva: captación. Existen tres momentos clave en el recorrido del embudo donde proporcionar algo más que el simple producto para convencer será esencial.
La planificación estratégica debe ser nuestro punto de partida a la hora de comenzar, puesto que será la que nos brindará la posibilidad de generar una oportunidad de negocio. Entre los factores a tener en cuenta a la hora de aplicarlo, destacan los siguientes pasos:
Si todos estos pasos se consiguen afianzar, lo que obtendremos es un lead muy llamativo con un alto porcentaje de finalización de la transacción con éxito. Primero porque has obtenido un filtro a través del cual podrás organizar el resto de tus acciones de marketing y segundo porque el coste que puede suponer buscar nuevos clientes en cada campaña nueva se reduce, porque tu estrategia ya tiene un modelo de cliente ideal y un esquema a seguir.
En resumen, debemos entender esta metodología como un ciclo: adquirir la atención del público, lograr la confianza de los clientes potenciales, buscar la transacción satisfaciendo la necesidad, retener ese usuario ya consolidado como consumidor y, por último, continuar ofreciendo valor en pos de una recomendación a sus contactos.