Minimalismo laboral: qué es y cómo aplicarlo en tu rutina

Confucio, un gran filósofo chino, nos explica como “simplicidad” y “bienestar”, suelen venir de la mano. Y esto no solo funciona en nuestra vida privada, sino que si queremos que nuestro trabajo sea realmente productivo, necesitamos priorizar y saber deshacernos de lo que no nos sirve, o lo que es lo mismo, emplear el minimalismo laboral.

Nuestro cerebro funciona como un disco duro, donde acumulamos restos que nos impiden concentrarnos y nos hacen avanzar más despacio de lo que deberíamos. Hay varias técnicas minimalistas para eliminar todo aquello que no nos aporta valor en el trabajo, como el Lean Thinking (donde nos adaptamos a las necesidades del cliente) o incluso el Mindfulness, donde podemos educar nuestra mente para conseguir focalizarnos en una sola cosa (si, también se puede aplicar al trabajo). 

Sin embargo, la gran mayoría (por no decir todo el mundo) sigue pensando que cuantas más tareas, más herramientas, más reuniones, o más presentaciones hagamos… Somos más productivos. Es por eso que en este post queremos desmitificar esta leyenda y demostrar que un ejecutivo puede ser igual o más productivo cuando tiene menos con que trabajar. Te presentamos el minimalismo laboral.

«La vida es simple, pero insistimos en hacerla complicada».

¿Qué es el minimalismo laboral?

 

Es común confundir el minimalismo con una filosofía o con el “slow movement”. Para nada. Si echamos un vistazo a la RAE, nos encontramos que “Minimalismo” se define como la “tendencia estética e intelectual que busca la expresión de lo esencial eliminando lo superfluo.” En otras palabras, quizás más filosóficas, «menos es más». Y esto también tiene cabida en el trabajo.

Piénsalo. Da igual lo grandes que sean nuestras ambiciones o la eficiencia que se logra en el trabajo, aunque se trate de un ejecutivo de una gran compañía, o de un pequeño empresario de una recién nacida start-up, siempre habrá intereses en conflicto, recursos limitados y faltarán horas en el día. Siempre. Pero lo que importa es lo que se elija hacer con esas horas, y es en este viaje hacia el minimalismo laboral, donde la clave reside en identificar y priorizar aquello que agrega valor a nuestro trabajo y a nuestra vida, despejando nuestro camino de excesos y distracciones. 

El minimalismo laboral es, por tanto, la práctica de enfocar nuestras energías solamente en las tareas esenciales, promoviendo eficiencia y claridad en nuestro entorno de trabajo.

 

 

Beneficios del minimalismo laboral

 

Menos distracciones = más productividad

Entras en tu ordenador, abres el correo, descargas un informe, te salta una notificación de WhatsApp, casi a la vez que el recordatorio de una reunión, otro email para entregar un proyecto… Todo esto hace que nos retrasemos hasta entrar en el flujo de trabajo y desperdiciemos unos preciosos minutos de nuestro tiempo. 

Pero, ¿qué podemos hacer para evitar estas distracciones? La teoría es simple: cuantas menos cosas haya en nuestra cabeza, más fácilmente nos concentramos en nuestra tarea. La práctica, no tanto. Si adoptamos el minimalismo en el entorno laboral, como trabajadores, podemos enfocar nuestras energías en tareas y proyectos que realmente importan, ignorando herramientas innecesarias y el exceso de procesos. Como es obvio, esto conduce a una notable mejora en la productividad, en la que se puede avanzar de una forma más rápida y clara hacia nuestras metas sin perdernos en tareas que no sirven para nada.

 

Bienestar y la satisfacción de los empleados

Normalmente, a menos carga de trabajo, menos estrés y menos saturación. Esto, cuando se comparte con el resto de compañeros de oficina, fomenta un ambiente más organizado y eficiente. Esta es otra de las ventajas del minimalismo laboral, el mejorar el bienestar emocional del equipo. Y es que además de elevar la satisfacción en el trabajo, también motiva a los empleados al hacerles sentir que su labor es valiosa y que se prefiere la calidad por encima de la cantidad.

 

Fomento de la creatividad e innovación

Un estudio publicado en el Journal of Positive Psychology encontró que más del 80% de la literatura de investigación respalda una conexión entre un estilo de vida minimalista, y un aumento de la creatividad e innovación. En un entorno despejado y con menos distracciones, los empleados tienen la oportunidad de pensar de manera más libre y creativa. Cuando nos centramos en lo esencial, estimulamos nuestro cerebro mejorando la búsqueda de soluciones originales y eficientes a problemas que podemos ver como complejos. Esto, finalmente, nos lleva a un aumento en la calidad y originalidad de nuestro trabajo.

Cómo aplicarlo en tu rutina laboral

 

Sé selectivo con tus tareas

Traducción: saber decir que no. Digamos que tienes una lista de cosas por hacer: trabajar en un proyecto, leer un libro, hacer ejercicio, y clase de un idioma. Si intentas hacer todo en un solo día, probablemente termines sintiéndote abrumado, y es posible que ninguna de las actividades reciba la atención que merece.

Esto también pasa en el entorno laboral. En un mundo idílico, cada persona tendría un rol determinado dentro de su empresa: unas se encargarían del producto, otras lo venderían y otras dan el servicio a los clientes… Pero la realidad es que muchas empresas no tienen la capacidad de contratar a un empleado para cada función específica. Frente a ese escenario, la tendencia de hacer todo de forma individual y simultánea es muy grande, pero a menudo esta solución significa que las cosas no se hagan de forma muy eficiente.  

Es por eso que priorizar y delegar se convierte en algo esencial: identifica cuáles son las tareas que impulsarán tus objetivos a largo plazo y considera cuáles pueden ser asignadas a otros o dejadas para más adelante.

 

Espacios de trabajo minimalistas

La sede de Apple en Cupertino, California, es un testimonio de cómo los entornos minimalistas pueden influir en la eficiencia y la creatividad del equipo, demostrando que un espacio de trabajo limpio y ordenado va más allá de la estética; puede llegar a ser una herramienta clave para el éxito de cualquier empresa. Este es un ejemplo de cómo los espacios de trabajo minimalistas también eliminan las distracciones y aumentan la productividad. Para ello, mantén tu escritorio limpio y ordenado: cada cosa en su sitio y sin montones de archivos innecesarios. Y sobre la decoración, una poca que te inspire está bien, pero recuerda, el objetivo es mantener ese espacio despejado y acogedor.

Hay una frase que se le atribuye al escritor Joshua Becker que dice: «No necesitas más espacio, necesitas menos cosas». Estas palabras encapsulan perfectamente la esencia del minimalismo y su aplicación en el ámbito laboral. Y es que esta filosofía no solo aboga por un entorno de trabajo más simplificado, sino que también promueve un estilo de vida que valora la esencia sobre el exceso, la calidad sobre la cantidad, y el buen trabajo, sobre el trabajo.


        

Contenido Relacionado