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Pódcast y empresas: la alianza perfecta para dar visibilidad a tu marca
25 de abril de 2024
Los relojes de sobremesa han pasado a un segundo plano. La primera interacción que tenemos con el mundo nada más despertarnos es con nuestro teléfono móvil. Vivimos en una era en la que estamos constantemente inundados de notificaciones y correos electrónicos que demandan nuestra atención.
Este torrente ininterrumpido de información, además de desafiar nuestra habilidad para mantenernos concentrados, también puede repercutir negativamente en nuestra dependencia tecnológica. De forma frecuente, nos encontramos atrapados en la conectividad y el acceso continuo a la información, motivada por el fenómeno conocido como FOMO (Fear Of Missing Out), o el miedo a perderse algo que podría ser crucial para nuestras interacciones sociales.
Aquí es donde el concepto revolucionario de detox digital, o dicho de otra forma, desintoxicación de la tecnología, se convierte en una necesidad.
El detox digital se refiere a un período de tiempo durante el cual una persona se abstiene voluntariamente de usar dispositivos electrónicos como smartphones, tablets y ordenadores, o incluso de internet en general. El ayuno digital intermitente lleva este concepto un paso más allá. Se trata de integrar en nuestra rutina diaria o semanal, de manera estructurada, un tiempo total de desconexión. Esta práctica nos permite tomar un respiro de la conectividad constante, promoviendo así un uso más consciente y equilibrado de la tecnología.
La clave para realizar un ayuno digital intermitente efectivo es encontrar un ritmo que se ajuste a nuestro estilo de vida y compromisos, ya sea designando horas específicas o incluso días enteros libres de tecnología.
Para comenzar, es imprescindible que seamos capaces de analizar nuestra rutina y ser conscientes de cuáles son esos momentos en los que hacemos un uso innecesario de la tecnología. De esta forma, detectaremos los momentos adecuados para prescindir de la conectividad, sin que suponga un cambio sustancial en nuestro día a día.
El siguiente paso, y el más importante, es empezar poco a poco. Para esto, es imprescindible tener claros nuestros objetivos y las ventajas que nos va a proporcionar este nuevo hábito. Ninguna casa se construye por el tejado, ni se puede cambiar una rutina en tan solo un día.
El momento del día en el que eliges hacer esta “desintoxicación” digital también es muy importante, porque a pesar de que las investigaciones recientes no establecen una relación directa entre el tiempo de uso y el bienestar emocional, hay momentos del día en los que puede volverse realmente perjudicial. Un ejemplo de ello son los 15 minutos previos antes de dormir, ya que la luz emitida por las pantallas suprime la producción de melatonina. Esto puede provocar desregulaciones de los ritmos circadianos, de la calidad del sueño o del rendimiento cognitivo durante el día.
Algunas de las actividades que puedes implementar en tu rutina para comenzar con este ayuno digital:
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Las tecnologías pueden ayudarte de muchas maneras, pero también pueden distraerte de muchas otras formas, de hecho, son un foco de distracción importante en tu día a día. Tanto en el ámbito laboral como en el personal, la clave para optimizar nuestra productividad radica en la capacidad de concentrarnos en una sola tarea a la vez. Al practicar este tipo de ayuno mejoramos nuestra habilidad para permanecer enfocados en la actividad que estamos realizando, resistiendo la tentación de echar un vistazo al móvil en cada notificación. Esto, a su vez, te ayuda a mantenerte en tu tarea actual sin divagar.
El ayuno digital intermitente, concretamente antes de dormir, contribuye significativamente a la mejora de la calidad del sueño mediante la reducción de la exposición a la luz azul emitida por las pantallas de dispositivos electrónicos antes de la hora de dormir. La luz azul interfiere con la producción de melatonina, un neurotransmisor esencial en la regulación del sueño.
La reducción del tiempo frente a la pantalla abre espacio para explorar intereses personales, hobbies y el desarrollo de nuevas habilidades que pueden ser más enriquecedoras y satisfactorias. Pasar tiempo sin pantallas a veces es más sencillo de lo que pensamos. Realizando actividades en las que sea necesario mantener las manos ocupadas como yoga, cerámica, jardinería, tenis o natación, por ejemplo, podemos invertir en tiempo de calidad, alejados de las pantallas.