¿Qué es el Teletexto y por qué sigue funcionando en 2023?

Una imagen del teletexto de Atresmedia

Érase una vez… Mucho antes de que llegara el teléfono móvil, Internet y, en definitiva, todo lo que estuviera al alcance de un clic, aterrizó en España el Teletexto. Sí, ese invento tan anacrónico y típico de la casa de tus abuelos sigue existiendo. Vaya si existe. Más de dos millones de espectadores lo siguen consultando a diario, según el último estudio de medición de audiencias. Esta herramienta tan vintage, despreciada y anticuada en los tiempos que corren, lleva 35 años dando un servicio puntual en los hogares españoles. Repasemos a continuación la trayectoria de este hallazgo. 

Corría el año 1972 cuando el diseñador británico, John Adams, desarrolló este servicio informativo en forma de texto y colores chillones para la BBC. Su intención fue, desde el primer momento, aprovechar los huecos de la señal televisiva para emitir la información. La creación de los técnicos de la BBC, pioneros en ofrecer el Teletexto, se fue exportando a distintos países europeos como Alemania y Holanda. A nuestras fronteras no llegó hasta el año 1988, gracias a Televisión Española, y más tarde a las televisiones privadas y autonómicas. La inversión por parte de La 1, que costó más de 500 millones de pesetas -unos 3 millones de euros- , se recuperó en cuestión de meses.

¿Para qué sirve el Teletexto?

Su mecánica sigue inmutable desde entonces: se pulsa un botón con el mando a distancia y aparece en nuestro televisor un conjunto de páginas, grafismos e índices con las noticias del día. Se colocó desde el primer momento como el gran aliado de las personas sordas, ya que permitía subtitular programas y series, marcando así, el inicio de la televisión para personas con discapacidad auditiva. 

Pero la utilidad del Teletexto iba mucho más allá. Además de poder consultar la actualidad informativa, este sistema rudimentario servía para ver la previsión del tiempo, la parrilla televisiva, la agenda cultural, el horóscopo, hacer crucigramas, hablar por chat o incluso conocer la información deportiva. Y ahí es donde jugó un papel fundamental. 

En los años noventa, Internet funcionaba a trompicones y conocer los resultados de un partido de fútbol en tiempo real era algo impensable. Lo que hoy obtenemos en cuestión de milésimas de segundo antaño se conseguía en unos pocos minutos. Como la jornada de liga no se emitía por televisión, el Teletexto permitía ver con cierta rapidez cómo iban los marcadores en directo.

Una revolución para los inversores 

Otro de los mayores atributos del Teletexto fue su función para retransmitir la información financiera, sobre todo las inversiones en bolsa. Por aquel entonces, los inversores no podían obtener las cotizaciones en tiempo real, teniendo que esperar al periódico del día siguiente. Sin embargo, gracias a este invento, podían acceder a los principales índices bursátiles en menos de quince minutos. Toda una revolución.

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La llegada de Internet y de los smartphones se ha llevado al Teletexto por delante. En Inglaterra prescindieron de él en 2012. Aquí, aunque esté de capa caída, ningún canal se ha atrevido a dar el paso. ¿Qué sucederá entonces con este formato? ¿Su desaparición es una crónica de una muerte anunciada? En una era de avances tecnológicos desenfrenada, plagada de slides en Tinder, Alexa’s, diarios digitales y redes sociales, resulta sorprendente que algo así siga conviviendo con nosotros. No sabemos todavía hasta cuándo, pero es de suponer que, más pronto que tarde, este nostálgico botón se apague para siempre…

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