Storytelling: No es cosa de niños

Hombre lee un libro sobre el espacio.

Las historias son una parte intrínseca de la naturaleza humana. De hecho, nuestra historia como humanidad es, en gran parte, la evolución de las maneras en las que contamos historias. Desde las primeras pinturas rupestres, datadas hace 64.000 años, hasta el más reciente episodio de ‘La Casa del Dragón’ (que por casualidad extraña ambos ocurrieron en Cáceres), las historias son parte de quién somos y cómo nos comunicamos. 

Y, aunque cualquier experto de marketing te dirá que “el storytelling siempre ha sido parte de la profesión”, es una habilidad que, según datos de LinkedIn, ha cobrado relevancia en los últimos 8 años. 

Desde entonces, el auge de cursos, contenido, gurús y datos ha explotado para dar protagonismo al arte de storytelling como herramienta infalible para el business. Ya no vale solo la publicidad tradicional o tener una buena estrategia de SEO; las estrategias de marca deben estar cimentadas sobre un exquisito storytelling

Entonces, para los boomers, los de números, los menos adeptos a las buzzwords del momento, o para aquellos que creen que el storytelling se limita a jardines preescolares y cuentos de dormir: ¿Por qué es tan importante? No hace falta irnos a Cáceres para descubrirlo. 

Beneficios e Importancia de Storytelling para Negocios

Desde un punto de vista general, las historias son un arma poderosa en el maletín de cualquier comunicador. Esto no discrimina entre industria o contexto. Seas empresa privada, pública, sin ánimo de lucro… ¡Da igual! Todo comunicador eficaz tiene como objetivo persuadir o influenciar. Es ahí donde entran las historias, mecanismo principal por el cual desde pequeños recibimos valores, cultura y otras enseñanzas.

Los humanos estamos diseñados para las historias. A través de ellas conectamos a las ideas y las personas, convirtiéndolas en un vehículo por el cual forjamos conexiones y entendemos el mundo. Es por ello que, de manera intuitiva, nuestro cerebro entiende que las historias que compartimos son una parte fundamental de los lazos que nos unen. 

Este entendimiento traspasa lo social y cultural y se asienta sobre el contexto del mundo empresarial: son las historias que cuentan las marcas y sus líderes, lo que permite construir y nutrir las relaciones que garantizarán su éxito. ¿Te sigues preguntando por qué? Veamos cuatro razones: 

Chica leyendo en libreria

4 razones para utilizar storytelling en la estrategia de marketing

Las historias enganchan… o la muerte al pop-up blocker 

Los profesionales de marketing somos intrusos. Estamos de acuerdo que nadie, o casi nadie, está buscando anuncios. De hecho, los estamos evitando a toda costa.

Aun así, cuando eres empresario y tienes unos KPIs de negocio que cumplir, buscas las maneras de comunicar tu valor. Esto implica hacer malabares para intentar hacer gracia al usuario, o como mínimo asegurar que no te odie. 

Las historias son una manera de lograr justo eso. Como primer acercamiento, cualquiera estará más dispuesto a leer o ver una historia que un listado de características de un producto o servicio. Deja los beneficios del producto para cuando estés más cercano a cerrar la venta — para abrir, cuéntame algo interesante. 

 

Una historia emocionante vende mucho más

Por muy racional que queramos pensar que somos, la realidad es que la mayoría de nuestras decisiones son emocionales. Esto no quiere decir que no hacemos caso a la razón, pero el cerebro utiliza argumentos racionales para justificar sus decisiones emocionales. Y esto también es cierto en el caso de las decisiones de compra. 

Por ejemplo, con productos similares de diferentes marcas, los consumidores se ven obligados a confiar en criterios menos racionales como pueden ser el instinto o “sensaciones”. Esto significa que las marcas que hayan trabajado una conexión emocional con el usuario a través de historias se llevarán la venta. 

De hecho, en muchos casos, los consumidores eligen productos inferiores a otros porque su instinto, o algo “inexplicable” (esas son tus emociones, Watson), les llama más. 

 

Busca la diferenciación: la historia por encima del producto

La realidad es que la mayoría de las empresas competidoras anuncian más o menos los mismos beneficios sobre, más o menos, los mismos productos y servicios.

Además, las terminologías de moda en marketing suelen atravesar todas las industrias. Sí, resulta que un champú, al igual que un hummus, puede ser “fresco y vegano”. Es por eso que limitarnos a describir las características o beneficios del producto, no es diferencial.

Lo que sí es único, es la historia detrás de cada marca, las personas que lo componen y los valores que la impulsan. Eso solo se puede comunicar a través del uso de storytelling. 

 

Formar parte de una historia es más atractivo que comprar (aunque en el fondo, sea lo mismo)

Es mucho más interesante formar parte de una historia que formar parte de una transacción. Si no lo crees, pregúntale a Disney, que ha construido un imperio multimillonario basado en historias. 

Es por ello que diseñar y construir una historia alrededor de una marca te permite crear una comunidad y una cultura. Ojo, esa cultura deberá estar calada en toda la estructura organizacional para que sea genuina y real; no nos valen los fake news

Cuando los consumidores compran de una marca con una cultura de storytelling, ya no sienten que están adquiriendo solo un producto, sienten que están formando parte de un equipo o una familia, hasta el punto que define o influencia su propia personalidad.

Solo hace falta ver una caravana de motociclistas de Harley Davidson para entender que es algo más grande que una moto.

En resumen, si eres profesional de marketing, o emprendedor, o quieres persuadir a alguien de algo (¿a tu próximo match de tinder para quedar?), una buena historia es donde debes comenzar.

El Storytelling es la clave para activar el hemisferio derecho del cerebro y detonar nuestra imaginación. Así lo explica Pamela Rutledge PhD en Psychology Today:

“Cuando activamos la imaginación, nos convertimos en participantes de la narrativa”

¿Qué quiere decir eso? Que nuestro cerebro no nota la diferencia entre una experiencia real y una buena historia. Es por ello que las historias tienen un poder incomparable para influenciar, persuadir y conectar. Si somos capaces de contar y diseñar buenas historias, seremos capaces de conectar con nuestro público de una forma que ningún bloqueador de anuncios podrá evitar.

 

Artículo escrito por Inés Azpúrua y traducido por Benjamín Jabiu

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