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“El diseño humano te dice cuáles son tus dones y talentos para potenciar tu trabajo”
30 de noviembre de 2023
Llega el otoño, y con ello, una época de cambios. Al igual que las hojas caen de los árboles, anunciado el reset de la naturaleza, muchos estudiantes, y profesionales se enfrentan a nuevos inicios. Es la temporada de nuevos cursos, nuevos trabajos, nuevos proyectos de forecast y de vida. Otoño es una etapa para enfrentarse a nuevos desafíos.
Esos desafíos nos van a acompañar desde ahora hasta la finalización del curso. No importa a qué inicio te enfrentes. Todos los comienzos son inciertos y emocionantes, ya sea el primer día de máster en una nueva ciudad, o abrir las puertas de la universidad por primera vez, o acomodar nuestro cuerpo para empezar una aventura laboral. Nuestra cabeza funciona a diez mil kilómetros por hora y los dedos no dejan de estar inquietos ante esa montaña que se levanta frente a nuestros pies.
“Queréis trabajar duro por un mundo mejor”, son las palabras con las que Antonio Rodríguez Ruibal, decano de EAE Madrid, abrió su discurso en la Welcome Week de este año, donde más de 1.000 alumnos dieron la bienvenida a éste año académico. Exacto, Antonio, nos enfrentamos al nuevo curso con la esperanza de construir un mundo mejor, uno que brinde oportunidades y prosperidad en el futuro.
Cualquier inicio brinda la oportunidad de reflexión. Y, aunque los nervios y la emoción impulsen las ganas de que el tiempo pase rápido para ver qué nos deparará el destino, es preferible detenernos, ir con calma y disfrutar del momento.
Ante la aventura del nuevo curso, conviene prestar atención:
El cambio es incómodo. El cuerpo prevé adversidad y activa el modo defensa. Pero lo incomodo no necesariamente es malo, por lo que a veces solo hace falta mirar con cariño nuestras inseguridades o dudas para desenredarlas.
¿A qué miedos nos enfrentamos cuando empezamos un nuevo curso?
Cuando los miedos aparezcan, recuerda pensar por qué estás ahí. “Vais a tener muchas dudas e inseguridades y, en esos momentos, acordaos de las sonrisas de hoy; del día que decidisteis que queríais un futuro mejor”, concluye Antonio Rodríguez.
No vamos a llegar a la cima de la montaña de la noche a la mañana. Nos vamos a encontrar piedras en el camino, nos quedaremos sin oxígeno y, en ocasiones, incluso veremos el precipicio del fracaso de cerca. Y, si caemos, tenemos que aprender a levantarnos.
“Aprended, aprovechad cada segundo” es el mejor consejo que nos pueden dar. Pero, por mucho que nos aconsejen, somos nosotros mismos los que tenemos que esforzarnos cada día y dar lo mejor de nosotros mismos. Lo importante es cómo lo logramos:
No olvidemos que el futuro es nuestro y depende de nosotros mismos. Cualquier reto que te plantees ya es algo de lo que podemos estar orgullosos. Disfruta el camino y exprime cada momento. Lo importante no es el destino, sino mantener siempre la dirección.