Los inicios del nuevo curso: el futuro es vuestro

Pila de libros amontonada.

Llega el otoño, y con ello, una época de cambios. Al igual que las hojas caen de los árboles, anunciado el reset de la naturaleza, muchos estudiantes, y profesionales se enfrentan a nuevos inicios. Es la temporada de nuevos cursos, nuevos trabajos, nuevos proyectos de forecast y de vida. Otoño es una etapa para enfrentarse a nuevos desafíos.

Esos desafíos nos van a acompañar desde ahora hasta la finalización del curso. No importa a qué inicio te enfrentes. Todos los comienzos son inciertos y emocionantes, ya sea el primer día de máster en una nueva ciudad, o abrir las puertas de la universidad por primera vez, o acomodar nuestro cuerpo para empezar una aventura laboral. Nuestra cabeza funciona a diez mil kilómetros por hora y los dedos no dejan de estar inquietos ante esa montaña que se levanta frente a nuestros pies.

“Queréis trabajar duro por un mundo mejor”, son las palabras con las que Antonio Rodríguez Ruibal, decano de EAE Madrid, abrió su discurso en la Welcome Week de este año, donde más de 1.000 alumnos dieron la bienvenida a éste año académico. Exacto, Antonio, nos enfrentamos al nuevo curso con la esperanza de construir un mundo mejor, uno que brinde oportunidades y prosperidad en el futuro.

El camino que queremos construir

 

Cualquier inicio brinda la oportunidad de reflexión. Y, aunque los nervios y la emoción impulsen las ganas de que el tiempo pase rápido para ver qué nos deparará el destino, es preferible detenernos, ir con calma y disfrutar del momento.

Ante la aventura del nuevo curso, conviene prestar atención:

  • A la persona que eres, y por ende quién serás cuando salgas del otro lado. Tu yo del presente no tiene nada que ver con tu yo del futuro. Saldrás nutrido de experiencias -buenas y malas- que poco a poco te irán forjando.
  • A la magia de descubrir una ciudad nueva o redescubrir una vieja desde una perspectiva distinta. Para aquellos que tienen la oportunidad de irse algo lejos de casa, es el momento de vivir e investigar.
  • A la cohesión, la motivación y el espíritu de equipo. Los retos nos ponen a prueba todos los días. Tenemos que convivir con personas que no conocemos de nada y tenemos que aprender a trabajar juntos.
  • A la suerte de cruzarnos con nuevas personas que nos darán lecciones para toda la vida y nuevas maneras de ver el mundo.
  • A la fascinación de forjar relaciones que perdurarán para siempre, o tomar decisiones que alterarán el rumbo de nuestra vida. Lo nuevo invita a lo inesperado.

Nada nos puede frenar

 

El cambio es incómodo. El cuerpo prevé adversidad y activa el modo defensa. Pero lo incomodo no necesariamente es malo, por lo que a veces solo hace falta mirar con cariño nuestras inseguridades o dudas para desenredarlas.

¿A qué miedos nos enfrentamos cuando empezamos un nuevo curso?

  • Preocupación por no dar la talla: Es la principal preocupación que tenemos cuando iniciamos un proyecto. A veces, nos ponemos unos objetivos difíciles de alcanzar, provocando inseguridades y dudas.
  • Aceptación social: Somos seres humanos y buscamos relacionarnos con el resto de las personas. Necesitamos sentir apoyo, empatía y colaboración por parte de los demás. Es el principal motor en las nuevas etapas.
  • ¿He elegido bien?: Es una pregunta que nos hacemos todos en algún punto de nuestra nueva aventura. Dudar es parte del proceso, pero obsesionarse con ello puede ser perjudicial para nosotros. Confía en el camino que has embarcado.

Cuando los miedos aparezcan, recuerda pensar por qué estás ahí. “Vais a tener muchas dudas e inseguridades y, en esos momentos, acordaos de las sonrisas de hoy; del día que decidisteis que queríais un futuro mejor”, concluye Antonio Rodríguez.

“Sed buenos discípulos de los mejores maestros”

No vamos a llegar a la cima de la montaña de la noche a la mañana. Nos vamos a encontrar piedras en el camino, nos quedaremos sin oxígeno y, en ocasiones, incluso veremos el precipicio del fracaso de cerca. Y, si caemos, tenemos que aprender a levantarnos.

“Aprended, aprovechad cada segundo” es el mejor consejo que nos pueden dar. Pero, por mucho que nos aconsejen, somos nosotros mismos los que tenemos que esforzarnos cada día y dar lo mejor de nosotros mismos. Lo importante es cómo lo logramos:

  • Conoce bien tu centro y los alrededores: Aprender a ubicarte te ahorrará mucho tiempo entre clases. Además, encuentra una biblioteca, un gimnasio o unas zonas verdes cerca de tu centro académico para que puedas aprovechar tu tiempo fuera del horario lectivo.
  • Organiza bien tu tiempo: Dentro y fuera de clase. Asegúrate de sacar tiempo para repasar tus apuntes o estudiar la lección de clase. Hazte un horario con todas las horas de estudio y actividades extraescolares, o compra una agenda para organizar tu tiempo. Fuera del centro, aprovecha para dividir tu tiempo de ocio con el académico.
  • Disciplina: Ojo si vas a comenzar una aventura universitaria o realizas una formación online. Es un estilo académico distinto a lo que estabas acostumbrado y puedes caer en la tentación de dejar tus estudios en un segundo plano.
  • Descansa bien y come sano: Un buen descanso y una buena alimentación hace que aumente nuestra concentración y, por tanto, nuestra productividad será mayor.
  • Socializa: No busques ser la persona más popular del campus, pero estás en una nueva época en tu vida. Tienes que conocerte y conocer gente nueva. Esas personas te acompañarán durante el resto de tu aventura.

No olvidemos que el futuro es nuestro y depende de nosotros mismos. Cualquier reto que te plantees ya es algo de lo que podemos estar orgullosos. Disfruta el camino y exprime cada momento. Lo importante no es el destino, sino mantener siempre la dirección.

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