Guía para la resolución de conflictos laborales

Mesa de reunión de una empresa.

Cualquier actividad que implique interacción social entre un grupo de personas puede desembocar en conflicto en algún momento. Y ocurre en todos los ámbitos: personal, social, académico, laboral… La clave es saber cómo resolverlos.

Es más común de lo que pensamos que existan estos conflictos dentro de las empresas. Somos seres humanos y pasamos gran parte de nuestro tiempo en un mismo lugar con nuestros compañeros. Surgen rencillas y problemas derivados del estrés, el ritmo de trabajo o sencillos desacuerdos.

Tenemos que diferenciar entre el conflicto constructivo y el conflicto destructivo.

Un conflicto constructivo puede ser beneficioso para la empresa, ya que permite que los equipos expongan diferentes puntos de vista y una división de opiniones da ideas para llegar a la mejor solución.

En cambio, el principal problema que tienen las empresas con los conflictos destructivos entre compañeros es que se pone en riesgo la estabilidad, la operatividad y la producción de la compañía, alterando los ritmos de trabajo, plazos de entrega y resultados finales.

¿Por qué y cómo surgen los conflictos laborales?

 

Los entornos laborales son un foco de tensión, pero también se le suman otros factores más emocionales como la ambición, la envidia o los celos profesionales. Pero, ¿por qué surgen los conflictos?

  • Mala comunicación: Es el principal motivo de los conflictos laborales. Un contacto deficiente provoca que no se entiendan las partes y, en un entorno laboral, hay que estar en permanente comunicación para que todas las tareas que haya que realizar se lleven a cabo de manera correcta.
  • Percepciones distintas: En los entornos laborales, cada persona afronta cada situación de manera diferente. Por tanto, lo que para uno no es urgente, para la otra parte puede ser algo crucial. Lo que genera un conflicto entre las prioridades de ambos.
  • Intereses: El problema comienza cuando un compañero mira por sus propios intereses antes que por el bienestar empresarial.
  • Diferentes metas: Ha de quedar claro cuáles son las metas comunes, para que cada sujeto no actúe de manera individualizada y lo haga favor de los intereses conjuntos.
  • Suplantación de roles y lucha de egos: Es más común de lo que parece que compañeros de trabajo asuman roles que no les corresponden, generando incomodidad entre el resto de la plantilla. Cuando dos personas intentan ejercer el mismo rol, se crea conflicto por ver cuál de esas personas es la que tiene el control de la situación.
  • Desempeño deficiente: Cuando alguien de la plantilla no asume sus responsabilidades y no rinde al nivel que se espera, provoca problemas en el ambiente laboral.

Resolverlos, claves para el correcto funcionamiento de la empresa

Atajar los problemas a tiempo y saber cómo resolverlos de manera correcta es fundamental para que una empresa funcione de manera óptima.

No existe una fórmula mágica para resolver un conflicto entre compañeros, pero sí una serie de ítems y técnicas que nos pueden ayudar a manejar mejor la situación:

  • Comunicación activa: Tanto si eres empresario o empleado, es fundamental tener una comunicación fluida con toda la plantilla. Resolver los problemas antes de que se hagan más grandes ayudará a que no crezca el conflicto.
  • Mostrar agradecimiento: No es necesario alabar cualquier actitud o gesto, pero sí hay que aprender a reconocer el buen hacer de los compañeros. La satisfacción es muy importante, y un trabajador satisfecho es menos problemático.
  • Autocrítica: Aplicable a todas las ramas jerárquicas de la empresa. Reconocer los éxitos es conveniente, pero es más importante reconocer tus errores y aprender de ellos para que no se vuelvan a repetir en un futuro.
  • Priorizar la afinidad profesional en las contrataciones: Cada vez son más las empresas que se dejan llevar por las afinidades que les ha causado el entrevistado que por sus conocimientos o su currículum. De nada nos sirve tener a una persona con una gran experiencia profesional si no encaja con el resto del equipo.

Técnicas de resolución de conflictos

Las empresas utilizan distintas técnicas de resolución de conflictos en función de las necesidades, la gravedad o tipo de problema a resolver. Las más comunes son:

  • Facilitación: Se utiliza cuando el problema es leve. La solución de estos conflictos suele ser el consenso de ambas partes y se resuelve de manera diplomática.
  • Mediación: Es un punto más formal que la facilitación. Cuando un conflicto se enquista en esa etapa, se asigna a un responsable para que ejerza de mediador. Se establece un entorno de diálogo en el que ambos exponen sus puntos de vista y se llega a un acuerdo común para todas las partes.
  • Arbitraje: Los protagonistas delegan en un tercero, que es conocedor de lo que solicita cada parte, de lo que puede hacer la empresa para favorecerlos y de lo que es mejor para el negocio. Este tipo de técnica se utiliza en conflictos graves y que requieren una solución rápida.

La resolución de conflictos no es fácil. Para la prevención de los mismos, es importante que cada trabajador sepa qué funciones le corresponden, qué objetivos tienen que cumplir y establecer una buena comunicación. Cada vez son más las empresas que recurren a servicios de coaching para aprender a actuar en estas situaciones.

Bolsa reciclable con vidrio dentro.

Camino hacia la sosteniblidad

En este evento descubrirás qué nuevos insights te servirán para liderar el cambio hacia la sostenibilidad.

Ir a evento

Contenido Relacionado