De crisis vital a cambio profesional

Persona haciendo yoga en la playa.

“Y una vez que la tormenta termine, no recordarás cómo lo lograste, cómo sobreviviste. Ni siquiera estarás seguro si la tormenta ha terminado realmente. Pero una cosa sí es segura: cuando salgas de esa tormenta no serás la misma persona que entró en ella. De eso se trata esta tormenta”.

Esta frase es de Kafka en la orilla, del escritor Haruki Murakami. La tormenta a la que se refiere no tiene que ver con un fenómeno natural, aunque tenga similitudes. ¿Qué comparten un huracán, una lluvia torrencial, un terremoto o una tormenta? Que sacuden y mueven lo que había en ese lugar y toca reconstruir, a partir de lo que ha quedado. Y las crisis vitales trabajan de la misma forma, sacudiendo nuestro mundo interno y exigiendo una reinvención. 

Libros apilados.

Hay personas que a raíz de alguna crisis vital se han propuesto ayudar a otras personas a sobreponerse a situaciones iguales o similares a las suyas. 

Descubre cómo, a partir de tu experiencia personal, puedes descubrir un propósito  que ayude a otras personas.

Por qué tu crisis vital puede ayudar a otras personas 

 

La empatía humana es un rasgo biológico: algo innato de nuestra naturaleza. Es lo que hace que, cuando alguien llora, sintamos su tristeza y le demos un abrazo o le preguntemos cómo podemos ayudar. Hay personas que de esa empatía descubren una vocación y un propósito que giran en torno a ayudar a otros que atraviesan una situación similar a la que ellas enfrentaron. De esa forma, comparten con el mundo las herramientas y recursos que descubrieron durante sus procesos, de forma que no dan soluciones no solo a nivel teórico, sino que estas contienen autenticidad porque provienen de su experiencia personal. 

Una de las funciones más importantes y bonitas del aprendizaje es poder compartirlo con los demás. Es un acto de generosidad enseñarle a otros lo que te ha servido a ti. Como no somos Gollum, de El Señor de los Anillos, que dice “mi tesoro”, podemos compartir lo que nos han enseñado nuestras experiencias para que ese tesoro, que en este caso es el aprendizaje, no nos lo quedemos solo para nosotros.

Cómo convertirlo en un proyecto 

Todo esto suena muy bonito, pero ¿cómo puedo empezar a contar y compartir con el mundo mi historia? Aquí te dejamos algunas ideas para empezar: 

 

  • Conecta. Aprovecha las redes sociales e internet. Es un espacio ideal para comenzar: compartirás  tu historia, testearás si hay personas que se sienten identificadas contigo y conectarás de una manera sencilla y gratuita. Varias personas empezaron por una cuenta en Instagram, un blog o una newsletter. 


  • Crea contenido. Formatos audiovisuales. Los podcast están en auge porque se pueden escuchar de camino al trabajo, mientras realizas deporte o cocinas. Y crearlos es fácil. Solo necesitas un teléfono móvil para grabar, un espacio algo silencioso, crear un perfil en plataformas como Spotify, Ivoox o Apple Podcast, y tu propia voz. Te permitirá contar tu historia y lo aprendido de una forma cálida, cercana y sin las limitaciones que a veces tienen las redes. 

 

  • Expande tu network. Conecta con personas que hagan algo relacionado con lo que tú quieres ofrecer. Haz una investigación en redes, busca palabras clave y encuentra personas que ya estén haciendo algo relacionado. Crearás  sinergias, tejerás redes y tendrás la opción de  colaborar . Por ejemplo: entrevistas o directos  en Instagram. Podrás  contactar con estas personas y preguntarles qué y cómo lo han hecho.
Globos Aerostáticos.

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Algunas historias que impulsaron un cambio

A veces, los seres humanos cometemos un error: creer que lo que nos sucede o nos hace sufrir solo nos ocurre a nosotros. Nos olvidamos que somos millones de personas en el planeta y que al mismo tiempo que nosotros estamos atravesando una situación difícil, como mínimo otra persona está sintiendo lo mismo. 

Estas son algunas personas que además de superar sus propios problemas, crearon a partir de él proyectos en los que ayudan a otras a resolver situaciones similares a las suyas:

 

  • Marta Marcè: naturópata, nutricionista y comunicadora. Su historia es un claro ejemplo no solo de resiliencia y superación, sino de cómo creó, desde él, un acompañamiento que le encanta y que mejora la vida de otras personas. Le diagnosticaron un cáncer de ovarios con 26 años y su vida cambió de un día para otro. Pasó de ser una chica “normal” con una vida “normal” -trabajaba en una productora de cine, era joven, independiente- a tener que atravesar quimioterapia y una menopausia. El diagnóstico supuso un punto de inflexión en su vida: empezó a investigar sobre la alimentación y la conexión entre esta, la salud y la enfermedad. Dejó su trabajo en la productora, empezó a estudiar naturopatía y, después, se licenció como nutricionista. En la actualidad, ayuda a personas con problemas hormonales, digestivos e intestinales a recuperar su salud, a través de una alimentación y suplementación natural. Dio una charla TED y acaba de publicar su primer libro: Disfruta tu menopausia.
Fotografía de Marta Marce.

  • Verónica Morera. Estudió nutrición y psicología, tiene varios emprendimientos y es autora de dos libros. Sufrió anorexia y bulimia, alcoholismo y fue diagnosticada como bipolar. En la actualidad, uno de sus emprendimientos es de salud mental y tiene un enfoque holístico: ayuda a personas que están inmersas en bucles mentales, ansiedad y estrés crónico a aprender a regular su sistema nervioso, entender cómo funciona su energía y sus sensibilidades. Tiene una escuela online, El camino, que es una suscripción mensual o anual, donde se puede acceder a todo el material: vídeos teóricos, ejercicios prácticos, meditaciones guiadas, grupo privado por WhatsApp y grupos de estudio con el resto de las integrantes. 

 

  • Julia Cameron. Esta artista multidisciplinar: compositora, dramaturga, escritora de cuarenta libros de ficción y no ficción, es la autora del bestseller El camino del artista, un libro para ayudar a las personas a que superen sus bloqueos creativos. Esta obra nació de su propia experiencia después de años de sentirse insuficiente, insegura y bloqueada con su arte. El camino del artista reúne todos los recursos, herramientas y actividades que ella misma probó durante su proceso para superar su bloqueo creativo.

Estas mujeres son solo tres de los muchos ejemplos que existen en nuestra sociedad de cómo una etapa de crisis puede convertirse en el inicio de una transformación vital no solo para quienes lo sufren, sino también para otras personas.

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